El Pozo de los Mil Demonios, de Luna Morena Títeres – Teatro, nos ofrece una obra que a pesar de ir dirigida al público infantil, con sus grandes títeres e interesantes y característicos diseños por parte de Rita Basulto, nos habla de temas serios e importantes que nos dan algo en que pensar sin importar la edad que tengamos y que te recuerdan constantemente al valor que nuestra vida tiene y todo lo que nos rodea…
El Pozo de los Mil Demonios toma como base la historia de Jacinta, una pequeña niña que vive con su nana, la cual antes de dormir le da a Jacinta un cántaro con el agua de la vida y le hace incapié en la importancia de cuidar ese cántaro, sobretodo del demonio de la sequía. Más adelante un secuaz de este demonio, engaña a nuestra protagonista y le roba su cántaro llevándola, sin que ella sepa, al pozo donde tendrá que enfrentarse a diferentes retos por ella misma.
Envolviéndonos en la historia con una excelente ambientación, desde los impactantes diseños de personajes y las animaciones que complementan partes de la historia, hasta la interpretación de voz con sus diferentes matices, el diseño sonoro y la música en vivo, te hacen sentir parte del viaje y preocuparte cuando nuestra protagonista está en apuros.
Vivimos entonces con Jacinta el recorrido arquetípico de la heroína, donde vemos a través de los personajes que la rodean, conflictos como la toma de decisiones y a dónde nos puede llevar esto, el olvidar nuestros propósitos y metas en la vida, el desconectarnos de todo lo que nos rodea y nuestras raíces, el miedo a ser olvidados y el deseo porque nunca nos pase, la responsabilidad que tenemos de incentivar a nuestros niños para hacer un mundo mejor y ser mejores seres humanos y por supuesto el mensaje sobre cuidar nuestro medio ambiente.
Es así como la visión y misión de nuestra protagonista va cambiando conforme va conociendo a los personajes y ya no se trata solamente de la aventura de Jacinta en su búsqueda por su cántaro, sino de no perderse en el camino de la vida y de tomar siempre las mejores decisiones para nosotros y para el planeta.
Créditos: Zoé Rodríguez Sánchez