“Hechizante, magnética y refrescante. Eso y más es la nueva película del director de Creed.”

En el cuarto mes del año, en medio de remakes como Blanca Nieves de Disney y secuelas como Capitán América: Un nuevo mundo llega Pecadores una película que se une a Nosferatu y La chica de la aguja en la cumbre del cine de autoral y que vienen a darnos una brisa de cine fresco entre tantos refritos y secuelas.

Dirigida y escrita por Ryan Coogler (Creed, 2015), con música compuesta por Ludwig Göransson (The mandalorian, 2019-2023) y protagonizada por Michael B. Jordan (Creed,2015) , Wunmi Mosaku (Lovecraft Country, 2020) , Jack O´Connel (Increvantable, 2014), Hailee Steinfield (Hawkeye, 2021) y Miles Caton presentándose por primera vez en cines; llega a cines Pecadores una película que narra la historia de los hermanos gemelos Smoke y Stack regresan a su ciudad natal para comenzar de nuevo, sólo para descubrir que un mal aún mayor los espera para darles la bienvenida nuevamente.

Sorprendente por su derroche de talento y la forma en la que refresca el cine de terror, la nueva película de Ryan Coolger tiene varios aspectos a destacar. Desde las destacables actuaciones de Miles Caton, Hailee Steinfield, Michael B. Jordan, pero sobre todo la sobresaliente actuación de Jack O´Connel como el antagonista de la película. Sin embargo, estas no serían destacables si no fuera por lo bien acompañadas que están por su puesta en escena y musicalización de la película.

Algo que he considerado de Ryan Coolger desde que vi la primera película de Creed (2015) es que es un director que sabe qué desea transmitir en cada escena y qué es lo que necesita en aspectos técnicos para hacerlo, sin perder la narrativa de su historia. Las puestas en escena- especialmente las musicales- son creativamente llevadas a la magnificencia desde la fotografía, lo onírico y claramente pensadas desde el guion.

La música compuesta por Ludwig Göransson no se queda para nada atrás -y con justificada razón- pues esta es uno de los motores de la película. La forma en la que este logra mezclar el blues y country con estilos más actuales como el trap o música tradicional de etnias africanas y asiáticas vuelven toda una experiencia sonora, como musical a esta película.

Más allá de la recomendación que le doy a cualquier espectador de investigar un poco sobre el contexto histórico en el que se desarrolla la película, la forma en la que el director utiliza este contexto para introducir temas como el racismo y la argumentación de la integración de las demás razas a Estados Unidos únicamente bajo la perdida de lo que los identifica a estas, me pareció interesante. El retratar lo anterior bajo la temática de un vampirismo colmena -por llamarlo de alguna manera- y la forma en la que tergiversa la identidad del afectado para continuar infectando a los que les rodean, junto a esto también se presenta la disolución de una identidad satanizada por aquellos que -quizás con buenas intenciones- buscan integrarse a su manera a la sociedad.

Junto a películas como ¡Huye! (Jordan Peele, 2017), Pecadores, se une a la lista de películas de terror afroamericano que llegan a refrescar un género que -en la mayoría de sus vertientes- se encuentra desgastado y un tanto repetitivo.

Para esta película Rayn Googler se quito el peso de las limitaciones creativas de sus trabajos anteriores en Marvel y trajo una película que -aunque con temáticas antes vistas como el vampirismo y racismo- refrescante y propositiva. Sin lugar a dudas una de las grandes películas del año, que por desgracia no ha sido promocionada como debería y que deberías ver en cines.

¡Ah, por cierto! Hay escena post-créditos y vale la pena esperarse a verla.
Puedes ver el tráiler aquí.