Un cierre entretenido, pero mediocre.
El pasado 24 de octubre de este año Sony estrenó lo que parece ser la última película de Venom, una trilogía protagonizada por Tom Hardy y dirigida por Kelly Marcel. Una película que palabras del mismo protagonista “No se han dejado nada” y han decidido ir con todo al momento de realizar está película. Sin embargo ¿Valió la pena?
Para empezar, seamos realistas. Desde el inicio de esta trilogía, Sony no se ha empeñado en hacer de las películas de Venom una obra maestra. Pero lo cierto es que generaron un estándar cautivador en sus productos, puesto que (Aunque no son las mejores películas de superhéroes) por lo menos son entretenidas. Y en el caso de esta tercera entrega, la fórmula se repite.
Las actuaciones son buenas, los momentos de risa sí dan risa, las peleas son vistosas y los momentos enternecedores te conmueven. Podría ser un buen cierre, pero a pesar de todo lo anterior el principal problema de la película es su guion. A lo largo de la película se van dejando hoyos argumentales que parecen dejar señales de que Sony desea continuar con la filmografía del simbionte (que no es del todo malo) pero el problema final son las incongruencias que se encuentran meramente para avanzar la trama de la historia, intentando justificarlas con presentar información al espectador pero nunca el por qué lo saben los personajes.
Al final, la película es entretenida y logra cerrar la trilogía de Hardy. Aun así dista de ser una gran película.
Y por si se lo preguntan… Si hay 2 escenas post-créditos.
Pueden ver el tráiler aquí.