“Abigail” promete una combinación única entre un secuestro y el descubrimiento de una niña vampira, ofreciendo una perspectiva fresca en el género.
Sin embargo, esta mezcla tan peculiar no logra alcanzar todo su potencial debido a ciertos tropiezos en su ejecución. La película presenta una idea intrigante, pero su guión tarda en arrancar, desviándose hacia personajes que parecen caricaturas llenas de clichés.
Esta falta de profundidad en la construcción de los personajes dificulta la inmersión del espectador en la trama.
A pesar de estas debilidades, el personaje de Abigail se destaca como uno de los puntos fuertes de la película. Alisha Weir ofrece una interpretación sólida y entretenida, recordándonos su talento visto en “Matilda” de Netflix. Su caracterización de la pequeña y violenta vampira aporta momentos de diversión y un toque de humor a la historia.
La película, sin embargo, se ve afectada por el ir y venir del guión, perdiéndose en temas que no contribuyen a la historia principal.
Esto hace que la película se sienta pesada en ciertos momentos, alejándose de la premisa inicialmente intrigante.
En conclusión, “Abigail” es más una comedia gore que una película de terror, ofreciendo momentos divertidos pero sin lograr mantener una cohesión narrativa sólida.
Aunque el desarrollo del personaje de Abigail es destacable, la película no logra superar las debilidades de su guión y ejecución.