Muerte, Muerte, Muerte: Sangre y un misterio a la Agatha Christie para la Gen Z

A24 se ha ganado en los últimos años un estatus como distribuidora y productora de cine independiente de calidad gracias a filmes como “The Lobster”, “Ex Machina” o “Swiss Army Man”, por mencionar algunas. En el cine de terror su prestigio se lo han ganado con joyas como “Hereditary”, “The Blackcoat’s Daughter” o “The Killing of a Sacred Deer”. Sin embargo, su caso me recuerda al de Miramax o Focus (en los 90’s y los 2000’s, respectivamente), ya que también producen cosas mediocres que la audiencia consume y asume como joyas solo por tener su firma.

Este es el caso de “Muerte, Muerte, Muerte”, su más reciente entrada en el género del terror con toques de comedia, una propuesta mediocre e irritable, que tiene uno de los giros de tuerca más estúpidos que he visto (y vaya que soy un fan muy condescendiente del género)

Un grupo de amigos, en su mayoría adinerados, se reúnen para pasar un fin de semana en una mansión, en la que pretenden limar algunos conflictos, drogarse, embriagarse y divertirse. Sin embargo, la naturaleza los sorprende con la llegada de un huracán que los obliga a encerrarse en la casa. Deciden jugar un curioso juego en el que uno de ellos es un asesino, y deberá encontrar a los demás, que están escondidos. El primero que sea encontrado será “asesinado”.


Como es de esperarse, ocurrirá un asesinato, todos son sospechosos, la electricidad, el internet y la fuerza de la naturaleza los obligan a quedarse encerrados, comenzando una batalla entre todos para sobrevivir y descubrir al asesino.

El argumento suena como algo que cualquier amante del slasher amaría. Lamentablemente el resultado de “Muerte, Muerte, Muerte” dista mucho de ser una obra maestra que logre trascender. De entrada, NO es un slasher. Es un misterio mucho más en la vena de Agatha Christie, protagonizada por un grupo de personajes de la generación Z, eso sí, insufribles pobres niños ricos y adictos a diversas drogas, con serios conflictos emocionales y de identidad. Ah, y como es de esperarse, cubren la cuota de inclusión que aquí se nota en veces forzada.

El tono de comedia superficial ni siquiera es inteligente, raya en lo chocante y no hay un solo personaje con el que se pueda empatizar. Por el contrario, terminas agradeciendo que pierdan la vida, ya que dejaras de tolerarlos más tiempo. También, es difícil de mirar, ya que la mitad de la película ocurre en la oscuridad y hacen difícil de seguir cuales personajes son los que están en ese momento en pantalla.

A pesar de todo, la película es entretenida, y con seguridad serán los adolescentes y los amantes de los retos en TikTok los que podrán encontrar más valores en ella.

Por Enrique Chavez

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